Una moda peligrosa el consumo de los adolescentes de bebidas energéticas, cóctel de sustancias estimulantes y de azúcares. Las mezclan con alcohol cuando salen de fiesta, también para rendir más en el gimnasio o para sentirse con más energía.
Se aprecia alteraciones del sueño, ansiedad, irritabilidad y arritmias cardíacas.
Un 48% de adolescentes de entre 14 y 18 años afirma que toma con frecuencia este tipo de bebidas energéticas que contienen grandes cantidades de estimulantes como la cafeína y la taurina, que pueden provocar taquicardias e hiperexcitabilidad. Se aprecia alteraciones del sueño, ansiedad, irritabilidad y arritmias cardíacas.
Es menester, regular su venta y utilizar un etiquetado que informe de los riesgos, entre otros, el del consumo, a la par de un estimulante del sistema nervioso y un depresor, pues supone la ingesta de alcohol.
Lo sano es beber agua y, en el caso de los deportistas, las bebidas isotónicas para hidratarse y recuperar las sales minerales que se pierden durante el ejercicio.



