La fórmula funciona
Es una gozada poder complementar el trabajo que realizamos en los despachos y el trabajo que realizamos en el Centro Terapéutico Campus Unidos con esta maravillosa experiencia al aire libre. Y es que el Camino de Santiago tiene algo muy especial qué va más allá de una simple ruta por etapas. El marco simbólico que nos acompaña nos ayuda al trabajo terapéutico, ya que nos invita a la introspección, a la reflexión personal y al crecimiento. Son varias las motivaciones de los peregrinos, algunos lo hacen por deporte, otros por motivos religiosos, otros por motivos espirituales. En nuestro caso la idea siempre fue combinar el esfuerzo que suponen los kilómetros del camino, la superación personal, la convivencia y el trabajo en equipo tanto con iguales como con la familia.
En el centro Campus Unidos los residentes trabajan previamente la conducta, el respeto, el autocontrol, la reflexión y el análisis personal. Se les facilita un lugar seguro alejado de influencias negativas, ambientes tóxicos, consumos, situaciones de riesgo… y también de su familia y amigos. Por lo tanto tienen que recorrer este proceso de cambio solos y solas, con ayuda de profesionales y de otros residentes. Se trabaja desde la recuperación de la rutina, los horarios, los hábitos saludables, el deporte y la disciplina. En la actividad del Camino de Santiago ponemos el 100% de la confianza en ellos y ellas, ya que no se encuentran entre las paredes de nuestro Centro, sino que gozan de mucha más libertad y eso también les ayuda a responsabilizarse.
En el camino o para el camino también elegimos a estos chicos y chicas que están haciendo un buen proceso y que pensamos que pueden hacer un aprovechamiento adecuado de la actividad. Por tanto una cosa no puede darse sin la otra. El trabajo al aire libre, con las ventajas que nos puede dar el contacto con la naturaleza, la convivencia y el ambiente que se genera con el equipo de compañeros y compañeras y con los profesionales, no sería posible sin el previo que se hace en Campus Unidos.
Un elemento fundamental de la actividad es el trabajo con las familias, ya que nuestro planteamiento es que las primeras etapas las realicen solamente los chicos y chicas con los/as profesionales y que el fin de semana, las dos últimas etapas las compartan con sus padres, madres y hermanos/as. Combinamos el trabajo de equipo e individual donde se marcarán objetivos para su vida, con el trabajo familiar creando espacios de ocio juntos, redescubriéndose e incluso pudiendo reparar algunas de las heridas que mantienen.
El colofón y satifacción es llegar todos juntos a Santiago, sabiendo que la experiencia nos la llevamos cada uno y cada una puesta e impregnada en nuestro cuerpo. El camino tiene algo de mágico y mucho de espiritual. De viaje solitario en compañía, de poder hacer nuestro propio camino.
“Ni yo ni nadie más… puede recorrer ése camino por tí… debes recorrerlo tú para reencontrarte” (poeta estadounidense Walt Whitman)
Son inumerables los beneficios que esta actividad tiene para los jóvenes y estos días nos alegrábamos con la noticia de que la jueza de menores de Las Palmas de Gran Canaria, Reyes Martel, propone un recorrido en el Camino de Santiago para 106 jóvenes, en situación de protección o de medidas judiciales. «Lo entendemos como el camino de los valores, del encuentro, de obtener otros referentes, de la comunicación, de sacarlos de su círculo, de caerte y levantarte, de contar con ayuda, de convivir y respetar con la naturaleza».
El Camino de Santiago nos brinda múltiples oportunidades: oxigenarse, ponerse en contacto con tus límites, convivir juntos y en sintonía con la naturaleza, trabajar el autocontrol… Siempre consideramos primordial el equipo y el propio grupo como ayuda terapéutica, el poder contar con el otro u otra, generando valores como la solidaridad, la generosidad y la humildad propios del peregrino.
Diario de un peregrino
Despierto temprano; me muevo rápido y con sigilo para no molestar. ¡Todo preparado!; necesito lo justo. Mi cuerpo está resentido; estiro y caliento los músculos; tomo energía de un buen desayuno. Comienzo a caminar; el fresco de la mañana en mis piernas; olor a campo, a lluvia, a vaquitas; sigo las señales; cuento los kilómetros; escucho el agua correr y a los pájaros; empieza a hacer calor. Paro; bebo agua; tomo fruta o mi barrita de cereales; converso con mi compañera; callo; escucho pienso; imagino. Dolor de pies, de piernas, de riñones y de hombros; sigo caminando. Entonamos una canción juntos; reímos; te hablo de mí. Miro hacia atrás y contemplo lo ya recorrido; espero a mi amigo y le aliento. Cuento kilómetros; pienso en el descanso; estoy cerca. Llego y me invade el gozo; estiro. Todo me cuesta y a la vez me alivia; ducha relajante; comida sabrosa. Cuido mi material y lavo mi ropa; disfruto mi tiempo libre. Busco al grupo para compartir esta etapa; limpio y resuelvo con ellos/as. Me vacío y me lleno cada día. Me preparo para el descanso esperando que mi compañero de litera no ronque demasiado…
“Cuando se viaja en pos de un objetivo es muy importante prestar atención al Camino. El Camino es el que nos enseña la mejor forma de llegar y nos enriquece mientras lo estamos recorriendo”. Paulo Coelho. El peregrino de Compostela.
Buen camino
Ultreia o ultreya es un saludo entre peregrinos del Camino de Santiago. Significa «Vamos más allá», «Vaya adelante», «Date prisa, sigue adelante» (hacia Santiago). En el presente no es un saludo muy habitual, siendo más común el de «¡Buen Camino!».
Parece ser que antiguamente los peregrinos se saludaban diciendo «Ultreia, suseia, Santiago» (Ánimo, que más allá, más arriba, está Santiago). También se ha sugerido que cuando un peregrino saludaba a otro diciéndole «Ultreia» («Vamos más allá») el otro le respondía con «Et suseia» («Y vamos más arriba»).
Por eso todo peregrino que llega a Santiago sabe que el camino no termina allí, que todo lo aprendido ha de llevarlo a su vida y que va más allá.
Especial sintonía que se establece entre peregrinos, dónde con una sola mirada y con un solo saludo, se entiende que estamos todos y todas en lo mismo. Se comparte desde la generosidad y el compañerismo.