6

Claves para llevar a un adolescente a terapia

Claves para llevar a un adolescente a terapiaGeneralmente es complicado conseguir que nuestro hijo/a adolescente acuda a terapia por voluntad propia. La mayoría de ocasiones, asiste obligado mostrando resistencias o incluso amenazas del tipo: “voy a estar toda la sesión en silencio» o “voy una vez y no vuelvo».

Como en cualquier proceso terapéutico el vínculo es esencial, aún más, cuando se trabaja con adolescentes, donde el desafío es constante y el reto diario. La relación entre paciente y terapeuta comienza a forjarse desde que el menor acude por primera vez a la consulta y el terapeuta le recibe. Necesario es por ello buscar que se encuentre cómodo en terapia, que entienda que éste es un espacio y tiempo dedicado en exclusiva para él y no será juzgado.

Los padres son figuras clave para ayudar a que la relación sea positiva desde un primer momento.

  • Es importante explicarle sin engaños ni confusiones a que profesional hemos recurrido y la razón de haber tomado esa decisión.

Desde el secretismo y la ocultación transmitimos un mensaje negativo e incongruente a nuestro objetivo: mayor apertura de nuestro hijo/a que pueda expresarse sin miedos y encuentre un soporte seguro en terapia.

  • Todos sabemos que en la etapa de la adolescencia la vergüenza está muy presente, por lo que evitemos en la medida de lo posible que así se sientan. Frecuentemente, cuando los padres me presentan a su hijo/a por primera vez hacen referencia a cuestiones de su estética o de su carácter del tipo: “a ver si tú le sacas algo porque nunca habla» o “mira con que pintas viene».

Obviamente, a ninguna persona nos gusta ser presentados de esta manera, tal vez sea suficiente con intercambiar los nombres y ya en sesión, tendremos tiempo de ir conociéndonos.

  • Respetar el ritmo del menor. Sea cual sea su edad y circunstancia es importante que sean ellos quienes nos transmitan sus vivencias, sentimientos, miedos…

En las primeras sesiones, debemos encontrar “su ritmo» donde esté cómodo y comience a confiar en el terapeuta

En las primeras sesiones, debemos encontrar “su ritmo» donde esté cómodo y comience a confiar en el terapeuta. Con frecuencia, me topo con menores que dicen: “mi madre me ha dicho que te cuente X», sin ser para ellos este tema primordial o solo con la obligación de tener que hacerlo.

  • Hablar del menor como si no estuviera presente. No hay nada que enfade más a un adolescente que hablen de él sin su consentimiento o hacerles invisibles. Avanzamos mucho cuando él/ella se involucra en su proceso y no se le infantiliza.

Para que el adolescente asuma un papel activo en sus decisiones, debe estar informado, tratarle con respeto y haciéndole partícipe de las conversaciones que así sean necesarias que esté.

  • No suele ser buena idea preguntar nada más terminar la primera sesión delante del terapeuta: ¿qué tal?, ¿cómo ha ido?, ¿te ha gustado?

Frecuentemente son tantas las ganas de que la respuesta sea positiva que nos anticipamos y puede sentirse coaccionado.

  • Por último, es de gran importancia que los progenitores entiendan que ellos son oportunidad del cambio en la dinámica con su hijo. Generalmente, es el adolescente el que presenta las conductas más disruptivas o llamativas pero la disfunción está a nivel familiar.

Los menores recogen positivamente la noticia de que sus padres se involucran en terapia y entienden que no son ellos el problema del foco familiar.

FacebooktwitterFacebooktwitter

Beatriz Urra González

Licenciada en Psicología Clínica por la Universidad Pontificia de Comillas de Madrid. Máster en Psicooncología por la Universidad Complutense de Madrid. Máster en Terapia Familiar y Pareja Sistémica por ITAD. Máster en Evaluación Psicológico-Forense y Penitenciaria por el Colegio Cardenal Cisneros (Universidad Complutense). Ha trabajado 3 años en el Gabinete Psicopedagógico Marta Valcárcel con evaluación, diagnóstico y tratamiento en niños y adolescentes. Desde Febrero de 2012 trabaja como psicóloga en recURRA en intervención individual, pareja, familiar y grupal. Imparte clases en el Máster de Psicología General Sanitaria y de Evaluación Psicológico-Forense y Penitenciaria del Cardenal Cisneros.

6 comentarios

  1. Estoy de acuerdo con lo que expones.Sin embargo a la hora de llevar a un menor a uno de los centros Recurra¿No existe una forma de hacerlo que no sea bajo engaño?Lo digo porque hay un muy caso cercano en el que se hizo así,lo cual me resulto a parte de doloroso peligroso al temer una pérdida de vinculo posterior.

  2. Deseo dar respuesta a su interesante pregunta.

    La residencia terapéutica Campus Unidos, en Brea de Tajo, pertenece al programa recURRA-GINSO. Y se accede a él desde la voluntariedad, si bien es cierto que muchas veces los padres, y de hecho no pueden llevar a sus hijos de 15, 16, 17 años, por la negativa de estos, por la rotunda oposición. Y es ahí cuando utilizan un engaño, que entienden es por el bien de sus hijos.

    Es más, al tiempo, los hijos, en nuestro recurso, comprenden la razón de sus padres, y son conscientes de que de otra manera no hubieran ingresado, en un recurso que les es necesario.

    Solo cuando un juez determina un ingreso de un menor en un centro de reforma, por haber cometido hechos que están tipificados como delitos o faltas, se informa a las Fuerzas de Seguridad para su traslado.

    Afectuosamente.

  3. Estimado Javier,trabajo de educadora social desde hace 22 años y soy lectora de tus libros.Tengo a un familiar en uno de tus centros y la verdad es que lo pasé mal cuando ingresó.Comprende que me toca en lo más profundo porque yo tambien tengo casos donde la protección del menor choca con sus derechos.Aunque se trata de un centro de día hemos tenido casos extremos en los cuales hubo declaración de riesgo.Muchas gracias por responder.

  4. Estimada Helena:

    Muchas gracias por contactar conmigo.
    Es cierto que nuestro trabajo, como muchos otros, se adorna de dificultades, de dilemas y de interrogantes. A los que no siempre es fácil dar respuesta, y aún menos garantizar que sea de forma correcta.
    Es por ello, que hemos de trabajar en equipo, que hemos de estudiar, y que hemos de cuestionarnos nuestra forma de obrar.
    Te contesto como ves, el día 20 de noviembre, tan significativo para todos nosotros.
    Abrazos.

  5. Estimada Beatriz!
    Gracias y felicidades por el artículo. Quizá estaría bien añadir o diferenciar entre las diversas fases de la adolescencia, ya que el tránsito y evolución de esos años a veces es tan radical en apenas meses o un año, que el enfoque de la terapia acompañada tiene que ser capaz de entender dicha progresión.
    Saludos
    Marco

  6. Muchas gracias por responder.Me emociona que respondas porque confirmas que tienes verdadero interés por la materia.Seguiremos luchando…por una infancia con derechos y por una sociedad justa.Saludos cordiales desde Gijón.

Los comentarios están cerrados.