La visualización de contenido pornográfico y material sexual por parte de niños y adolescentes españoles cada vez es más accesible y se produce de manera más prematura: uno de cada cuatro adolescentes y jóvenes evaluados reconocen haber visto pornografía, y en el caso de la muestra masculina, el porcentaje alcanza a la mitad de evaluados. El acceso prematuro hace referencia, a que según los últimos informes, la edad media en la que los niños han comenzado a visualizar pornografía, se encuentra en los 12 años, lo que es alarmante si además tenemos en cuenta, que a esta edad su desarrollo cognitivo no es capaz de comprender lo que están viendo.
Pero ¿de qué contenido estamos hablando? Pues bien, he aquí lo preocupante: un gran número de estos vídeos erotizan el sufrimiento físico de las mujeres y normalizan la ausencia de consentimiento y deseo sexual femenino. Esto no pasa por alto cuando, en la mayoría de los casos, la pornografía supone una fuente de inspiración sexual en adolescentes, y sustituye una educación sexual que no han recibido. Por tanto, como cabe esperar, se ha observado una asociación directa entre consumir pornografía y realizar prácticas sexuales de riesgo. Así mismo podemos decir que estos jóvenes se encuentran expuestos a un material que además de ser adictivo, es violento, y que por ende, es perjudicial para el aprendizaje y salud de los propios jóvenes que lo consumen y de aquellos con quienes se relacionan.
¿Son los padres conscientes de esto?
Para conocer qué conciencia tienen los padres sobre la exposición de sus hijos a material pornográfico, que habitualmente se encuentra en internet, es necesario tener en cuenta que la mayoría de los jóvenes españoles acceden habitualmente a internet, y son los padres quienes están menos familiarizados con internet en comparación con lo que lo están sus hijos. Además, cabe destacar que el porcentaje de padres que utiliza sistemas de filtrado o bloqueo de contenido, es muy bajo, considerando que muchas de las visualizaciones comienzan o se producen de manera involuntaria.
A pesar de los riesgos, muchos padres subestiman la posibilidad de que sus hijos se encuentren con material sexual en línea, y por si no fuera suficiente, a los padres les preocupa más el uso abusivo de internet por parte de sus hijos, que otros riesgos potenciales, como por ejemplo el acoso sexual (que preocupa en un 9,9%).
Es necesario generar conocimiento sobre el consumo y las actitudes ante la pornografía que tiene la población adolescente y joven
En general, se observa una gran diferencia entre lo reportado por los menores y los padres: la estimación que hacen los padres sobre el consumo pornográfico de sus hijos, es mucho menor que las cifras de consumo que se recoge de estos, y en general el nivel de conciencia sobre el acceso y consumo de sus hijos e hijas es bastante reducido, pero la conciencia sobre las consecuencias y el reconocimiento de la necesidad de la educación de la sexualidad, son elevadas.
Estos datos nos muestran que el nivel de concienciación de los padres, de media, no es equiparable a la realidad que están viviendo sus hijos y a la que se van a enfrentar más adelante, debido a las consecuencias que este consumo frecuente y primerizo, y material tan violento, genera. Por ello es necesario generar conocimiento sobre el consumo y las actitudes ante la pornografía que tiene la población adolescente y joven, así como lo que esto conlleva socialmente, y que los padres y madres tengan herramientas para abordarlo de manera adaptada y saludable.
