La llegada de un bebé puede hacerse un poco cuesta arriba para toda la familia, incluido a los más pequeños de la casa que ahora se han convertido en “el hermano mayor”. Adaptarse a los cambios a veces cuesta, a cada persona le lleva su tiempo y hay que respetarlos. Estos cambios se ven reflejados en los pequeños y en ocasiones es normal que aparezcan una serie de conductas nuevas, las que llamamos “conductas regresivas” como son el hacerse pis, llevarse el pulgar a la boca, pedir ayuda para tareas que ya se habían superado como vestirse, etc.
Estas conductas no se deben premiar ni reforzar, pero tampoco culpabilizar. Aunque en ocasiones se nos escapen frases como “deja de hacer esas tonterías”, “deja de comportarte así, ya no eres un bebé, tienes que ser un niño mayor”, lo mejor es evitarlas. Actuar así es la forma que tiene de comunicar su preocupación y su temor de que el adulto deje de hacerle caso. El niño avisa de que, aunque ha dejado de ser el pequeño de la casa, sigue queriendo y necesitando la ayuda y el apoyo de sus padres. Los niños no tienen todas las herramientas y habilidades para comunicarse como las que tenemos los adultos, sus señales son diferentes y hay que prestarlas atención.
El niño avisa de que, aunque ha dejado de ser el pequeño de la casa, sigue queriendo y necesitando la ayuda y el apoyo de sus padres.
Antes toda la atención era para ellos, ahora esta atención se debe compartir y es normal que al principio entender esto sea algo complicado y costoso. Hacerles partícipes del cuidado del bebé, dentro de sus capacidades, hace que se sientan válidos. Por ejemplo, “ayúdame a cambiar el pañal” “acércame la cremita que se la vamos a poner a tu hermano”. De esta forma se sentirá valorado, que están pendientes de él y se estará empezando a establecer un vínculo entre hermanos. Dejará de verle como un rival para verle como alguien a quién ayudar.
Una de las cosas que se debe evitar es el no dejar que el hermano mayor se acerque al bebé. Es lógico que dé miedo que le haga daño sin querer, pues un recién nacido es muy delicado y se necesita tener extremado cuidado. Esto es algo que se les puede explicar, no para que eviten el contacto con su hermano, si no para que el contacto sea de forma cuidadosa, pues este es el objetivo que se busca, que se cuiden.
Dedicar tiempo al hermano mayor. Es importante buscar y tener un rato con él.
Otra cuestión que hay que tener en cuenta como padres, es dedicar tiempo al hermano mayor. Es importante buscar y tener un rato con él, como puede ser mientras el bebé se encuentra dormido, jugar a su juego favorito. De esta forma sentirá que sigue siendo importante para sus padres y que no se olvidan de las cosas que disfrutaban y hacían juntos antes de la llegada del nuevo miembro de la familia.
Uno de los miedos de los niños es que mi mamá o mi papá deje de quererme. Ellos no comprenden la capacidad que tienen los padres de querer a todos sus hijos, es por esto por lo que hay que explicárselo, porque, aunque pueda parecer algo obvio, para ellos no es así. En su mundo, ellos tienen juguetes favoritos y en muchas ocasiones el juguete nuevo les gusta más y se olvidan del antiguo. Ven el mundo de esta forma y se piensa que todo funciona de la misma manera. Aunque ahora sea el hermano mayor, no se ha convertido de la noche a la mañana en una persona adulta y madura, sigue siendo un niño.
Tener un hermano lo consideramos un regalo, hagamos que lo sea de verdad, comprendiendo siempre al nuevo hermano mayor.



