La vida íntima

La vida íntimaEsta es una sociedad en gran medida ruidosa y acelerada. Precisamos tiempo, serenidad, soledad, para vivir la vida íntima, para encontrarnos con nosotros, para saber decir que no, a las demandas exteriores.

Esto que comento también es necesario en los niños, en los jóvenes, no se puede estar huyendo del aburrimiento y de la introspección.

Estar a solas pensando o leyendo, o escuchando música es esencial, relaja, tranquiliza, nos hace retornar a un espíritu de equilibrio.

Escuchamos demasiadas veces, no me da la vida, habremos de enseñar, de aprender a priorizar, a establecer un orden, de lo que entendemos esencial.

La vida íntima no exige irse a un monasterio, y tampoco es una invitación a ahondar en uno mismo, aislándose de los demás.

Precisamos de los otros, hemos de darnos a los otros, pero hemos de hacerlo desde la coherencia, la comprensión de nosotros mismos.

Sabemos que mentimos a los demás y en ocasiones nos autoengañamos, pero ya digo, precisamos un puente bien diseñado entre lo interior y lo exterior.

Estas fechas son muy proclives para ahondar en este consejo.

Programa Recurra-Ginso

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Javier Urra Portillo

Dr. en Psicología con la especialidad de Clínica y Forense. Dr. en Ciencias de la Salud. Pedagogo Terapeuta. Psicólogo en excedencia voluntaria de la Fiscalía del Tribunal Superior de Justicia y de los Juzgados de Menores de Madrid. Embajador de la Asociación Iberoamericana de Psicología Jurídica. Profesor en Psicología (U.C.M.). Académico de Número de la Academia de Psicología de España. Patrono de la Fundación Pequeño Deseo. Presidente de la Comisión Rectora del programa recURRA-GINSO para padres e hijos en conflicto. Presidente de la Sociedad Española para el Estudio de la Violencia Filio-parental (SEVIFIP). Escritor. Contertulio en Medios de comunicación. Primer Defensor del Menor.