¿Qué es la prematuridad?

l camino de la prematuridad no es sencillo, sobre todo al comienzoLos bebés prematuros son aquellos que han nacido vivos antes de cumplir las 37 semanas de gestación. Según la OMS, los nacimientos prematuros pueden clasificarse en:

  • Prematuros extremos (menos de 28 semanas de gestación)
  • Muy prematuros (28 a 32 semanas)
  • Prematuros moderados tardíos (32 a 37 semanas)

Los estudios indican que los principales factores de riesgo del parto prematuro son:

  • Haber tenido un parto prematuro antes de las 34 semanas de gestación.
  • Factores uterinos (malformaciones, cirugías, miomas).
  • Complicaciones en la gestación (desprendimiento de placenta, alteraciones en el líquido amniótico, preeclampsia, rotura de membranas, infecciones…).
  • Bajo peso de la madre, ser fumadora o consumir otros tóxicos.
  • Factores psicosociales como la malnutrición durante el embarazo.
  • Periodo entre parto y nueva gestación inferior a 6 meses.

Son niños que llegan al mundo sin completar su desarrollo dentro del útero materno, por lo que son más vulnerables que quienes lo hacen a término. Si bien no todos los prematuros tienen el mismo riesgo de sufrir complicaciones, esta es una de las principales causas de muerte en niños menores de 5 años y la responsable de discapacidades físicas, neurológicas o de aprendizaje, con consecuencias para toda la vida.

Explosión de emociones

La llegada de un bebé generalmente viene acompañada de alegría y alguna que otra preocupación o temor. Frecuente es la sensación de nervios ante el alta hospitalaria y llegada a casa, el miedo a que caiga enfermo o la incertidumbre ante el cambio de vida familiar.

En este caso, la llegada de un bebé prematuro no es fácil. En muchas ocasiones, se produce de forma repentina, ante una cesárea de urgencia o un ingreso hospitalario.

Los sentimientos de preocupación, tristeza, frustración e incluso culpa se agolpan y la incertidumbre sobre cómo será el desarrollo del bebé no dejan en muchos casos, disfrutar del nacimiento y llegada del pequeño a la familia.

Rápidamente los progenitores han de familiarizarse con términos médicos hasta el momento totalmente desconocidos, miran al detalle cada cambio de su hijo y aprenden a pasos agigantados sobre valores nutricionales, cuidados del bebé, exploraciones médicas y todo aquello relacionado con la nueva situación que les ha tocado vivir.

¡Qué reconfortante es poder hablar con otros padres de niños prematuros!, o ¡cuánto se agradece un café en un descanso en el hospital!

Es un momento de vulnerabilidad para los padres donde pueden sentirse solos o incomprendidos. Por ello, es de especial importancia tener apoyo familiar y de amigos. Es necesario desahogarse, poder celebrar cada pequeño avance y tener un hombro donde sostenerse ante los momentos más difíciles.

En muchos casos, los bebés deben quedar ingresados durante semanas e incluso varios meses en el hospital. Fundamental pedir ayuda profesional si se cree necesario. Son muchos los momentos de estrés, de miedos y lágrimas. Son muchos los cambios de rutina, de horarios y falta de sueño. Son muy pocos los cuidados que la madre tiene durante su postparto y mucha la responsabilidad que debe sostener como cuidadora principal.

En los hospitales se cuenta con la figura del psicólogo y psiquiatra para ayudar en estos casos y acompañar a la familia.

¡Qué reconfortante es poder hablar con otros padres de niños prematuros!, o ¡cuánto se agradece un café en un descanso en el hospital!

Mantener ratos para hablar de otros temas, poder ir a casa a descansar un rato o dar un paseo es fundamental. El bienestar emocional es clave para poder cuidar de los más pequeños.

La vida durante un tiempo cambia de manera drástica. No siempre es fácil conciliar la vida familiar con la laboral, la agenda se llena de citas médicas. A veces, los más allegados no visitan a la familia por miedo a contagiar al bebé, o por el contrario, están demasiado tiempo en casa, sin percatarse de los horarios y rutinas que un recién nacido tiene.

El camino de la prematuridad

El camino de la prematuridad no es sencillo, sobre todo al comienzo.

La ropa comprada con meses de antelación le queda inmensa, los planes que uno ha imaginado se desvanecen y las prioridades cambian radicalmente.

Nadie te prepara como padre o madre. Nadie te explica que la vida y la muerte van de la mano en demasiadas ocasiones ni el dolor que uno siente al no poder abrazar a su hijo al nacer y solo tocarle o verle por la incubadora.

Sin embargo, también la prematuridad enseña grandes lecciones. Uno aprende a luchar como nunca antes lo había hecho. Aprende a que los grandes pasos a veces los dan los pies más pequeñitos.

Aprende a valorar la necesidad del contacto físico, el piel con piel y al poder sanador de cantar una nana.

En la UCIN (Unidad de Cuidados Intensivos Neonatales), uno tiene la sensación de que el tiempo se para. El nivel de ruido es muy bajo y la luz es tenue. No hay móviles, tv ni cosas que distraigan de lo importante: vincular con tu hijo.

Programa Recurra-Ginso

FacebooktwitterFacebooktwitter

Beatriz Urra González

Licenciada en Psicología Clínica por la Universidad Pontificia de Comillas de Madrid. Máster en Psicooncología por la Universidad Complutense de Madrid. Máster en Terapia Familiar y Pareja Sistémica por ITAD. Máster en Evaluación Psicológico-Forense y Penitenciaria por el Colegio Cardenal Cisneros (Universidad Complutense). Ha trabajado 3 años en el Gabinete Psicopedagógico Marta Valcárcel con evaluación, diagnóstico y tratamiento en niños y adolescentes. Desde Febrero de 2012 trabaja como psicóloga en recURRA en intervención individual, pareja, familiar y grupal. Imparte clases en el Máster de Psicología General Sanitaria y de Evaluación Psicológico-Forense y Penitenciaria del Cardenal Cisneros.