Seguir acompañando

Desde nuestro Programa, recalcamos la necesidad de tener un acompañamiento tanto del menor como de sus progenitores para seguir su evolución tras finalizar el tratamiento.Todas las fases y etapas de un tratamiento terapéutico son importantes y únicas debido a sus características y tiempos. En ocasiones, se corre el riesgo de menospreciar las sesiones de seguimiento, por ser un momento del tratamiento en el que el paciente comienza a estar “cansado” del proceso, se siente significativamente mejor o la persona ha avanzado tanto adquiriendo muchos de los objetivos planteados que puede llegar a creer que no es necesario realizarlo. Seguir acompañando

Es un error no darle al seguimiento la importancia que tiene. Desde nuestro Programa, recalcamos la necesidad de tener un acompañamiento tanto del menor como de sus progenitores para seguir su evolución tras finalizar el tratamiento.

Posteriormente al alta en Campus Unidos, toca regresar al hogar, recolocar todas las piezas del puzzle que un día saltaron por los aires. No es fácil gestionar este momento: existen miedos, expectativas, recuerdos del pasado… en definitiva: “vértigo”.

El seguimiento es aquella etapa en la que se les sigue acompañando de la mano, de esta forma no termina la terapia de forma brusca, sino que se deja tiempo para que sucedan todo tipo de situaciones conflictivas que en su momento fueron motivo de consulta. Seguir acompañando

Importante que las familias sientan que han adquirido habilidades, que están capacitados, que han recorrido mucho para llegar aquí. Se les facilita mantener los resultados y logros alcanzados y se realiza un trabajo de prevención de recaídas para que el menor y su familia anticipen posibles problemas futuros.

De especial interés es que se normalice cierto malestar o situaciones que lo generen. En ocasiones, debido al miedo y nerviosismo, encontramos frases en sesión del tipo: “no has cambiado nada”, “todo sigue igual”, “nos has mentido y hecho creer que habías hecho bien el proceso”… Mensajes desafortunados que dilapidan procesos y conllevan  conflictos.

Esencial transmitir calma. No están solos. Llegarán las piedras en el camino y el hecho de sufrir una pequeña recaída no significa que se regrese al punto de partida. Al revés, ayuda a fortalecer el afrontamiento, a ser resiliente, a vivir la realidad tal como es… en fin,  un aprendizaje en sí mismo. Las situaciones podrán ser similares, incluso las mismas, pero la gestión y capacidad de la persona ya no lo son.

Programa Recurra-Ginso

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Beatriz Urra González

Licenciada en Psicología Clínica por la Universidad Pontificia de Comillas de Madrid. Máster en Psicooncología por la Universidad Complutense de Madrid. Máster en Terapia Familiar y Pareja Sistémica por ITAD. Máster en Evaluación Psicológico-Forense y Penitenciaria por el Colegio Cardenal Cisneros (Universidad Complutense). Ha trabajado 3 años en el Gabinete Psicopedagógico Marta Valcárcel con evaluación, diagnóstico y tratamiento en niños y adolescentes. Desde Febrero de 2012 trabaja como psicóloga en recURRA en intervención individual, pareja, familiar y grupal. Imparte clases en el Máster de Psicología General Sanitaria y de Evaluación Psicológico-Forense y Penitenciaria del Cardenal Cisneros.