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La importancia de poner límites a nuestros hijos

La importancia de poner límites a nuestros hijosComo padres, poner límites a nuestros hijos es uno de los retos más frecuentes, y es uno de gran importancia para la educación y crianza de nuestros hijos. Vaya por delante que poner límites a los niños no es señal de autoritarismo, sino una herramienta para poder guiar y contener. Poner límites brinda a nuestros hijos seguridad y responsabilidad, además de ser un muy buen entrenamiento para su vida en sociedad.

¿Por qué nos cuesta ponerles límites?

Ponerles límites en ocasiones puede resultarnos difícil, nos puede dar miedo miedo provocar antipatía, perder su cariño, crear conflictos, desilusionarlos. El poner límites puede hacernos sentir más culpables (por no estar mucho con ellos, por separaciones, por ausencias…); incluso podemos llegar a creer que darles libertad total es sinónimo de amor y confianza total en el niño/a.

Sin embargo, ¿cuáles son las consecuencias de no poner límites?

Aparte de hacerles crecer sintiéndose inseguros, la falta de límites puede provocar que cuando aparezcan no los entiendan o no los respeten. El no poner límites desde pequeños puede provocar que no acepten un “no” por respuesta, y que su comportamiento sea cada vez más desafiante. Esto, a su vez, puede llevar a que nosotros como padres nos sintamos desbordados, a que nos frustremos ante un niño o una niña que ha tomado el control. Además, como cabe deducir, estas consecuencias no sólo se dan en casa, estarán presentes también en su vida escolar y social.

¿Qué beneficios tiene poner límites?

Cuando establecemos límites claros y consistentes, el mensaje que acaba llegando a nuestros hijos es que les cuidamos, que nos importan y que queremos lo mejor para ellos. Entre los principales beneficios destacan:

  • Mejor convivencia: cuando las reglas son compartidas por todos los miembros de la casa, hay menos cabida para conflictos familiares.
  • Autoestima, seguridad y contención: cuando establecemos límites claros desde el afecto y el respeto nuestros hijos se sienten protegidos. Les estamos dando seguridad, saben cómo actuar y qué rol desempeñar.
  • Autonomía: darles límites les ayuda a tomar decisiones y a desarrollar su autocontrol.
  • Respeto y responsabilidad: si les ponemos límites les hacemos capaces de considerar a los demás, y capaces de cumplir acuerdos.
  • Tolerancia a la frustración: sin límites nuestros hijos no aprenderán a tolerar, se enfadarán con facilidad y les será difícil entender límites sociales, incluso integrarse en sociedad.

¿Cómo ponemos los límites a nuestros hijos?

Para que nuestros límites sean efectivos, debemos ponerlos desde el afecto y la firmeza:

  • Debemos explicarles -de acuerdo a su edad- la razón de las reglas.
  • Debemos ser coherentes entre lo que les pedimos y lo que nosotros hacemos.
  • Debemos ser congruentes, si un progenitor pone un límite el otro debe respetarlo. No debemos desautorizar.
  • Debemos reforzar con elogios sus conductas adecuadas.
  • Debemos evitar castigos desproporcionados y amenazas vacías.

Conclusión

Ponerles límites es hacerles un gran favor, es un acto de cuidado que les da responsabilidad, seguridad y confianza. Un “no” coherente y desde el afecto les prepara para su vida adulta, donde encontrarán un mundo real lleno de frustraciones, normas y reglas. Además, los límites mandan un mensaje claro a nuestros hijos: “Estamos aquí para guiarte y acompañarte”.

Programa Recurra-Ginso

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Ana Bennsar

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