
- Stop a los patinetes eléctricos como chóferes y a los móviles como cuidadores.
- Stop a perdernos su crecimiento adelantando etapas de la vida.
- Stop a dejar de estar presentes, a evitar sus penas y alegrías en directo, stop a descubrir sus “stories” en vez de que ellos/as nos lo cuenten.
- Stop a la ansiedad infantil, a su fobia social, y a la soledad anticipada.
- Stop a este estilo de sociedad.
No te ahorres ninguno de sus desplazamientos, pueden acudir a ese lugar con miedo, inseguridad o ilusión, y estar a su lado les dará fuerza y confianza. Y si no quieren, compréndelo, ahora quieren ser mayores, pero acompáñalos igualmente, lo necesitan y les hace bien, sin hablar de que es tu obligación como responsable de su seguridad.
Ni te pierdas un partido, exhibición o actuación, miran donde miramos y vernos disfrutar con sus logros, o confiar en su mejora les dará seguridad en sus posibilidades.
No te saltes una conversación, bronca o negociación, la comunicación es fundamental para comprender/conocerse, para ayudar, y enseñar.
Todo esto pasa, y con ello su educación.
Según la edad y sus aptitudes, adapta el acompañamiento, pero forma parte activa por y para su bien estar emocional.
Por su felicidad y la tranquilidad de saber que lo estás haciendo bien.
Ante cualquier duda, infórmate, y fórmate, lo común no siempre es lo correcto.