Grooming: un riesgo real y presente

Grooming: un riesgo real y presenteEn el año 2002, apareció el primer caso en Estados Unidos de “grooming”, cuando una niña de 13 años fue secuestrada por quien ella consideraba un chico de su misma edad. Durante un año, habló en línea con él acerca de su día a día y aficiones. Poco a poco, fue ganándose su confianza brindándole su amistad y atención.

Nada más lejos de la realidad. Se trataba de un auténtico depredador sexual de 38 años que la secuestró en un sótano, la golpeó y agredió sexualmente, mientras lo transmitía en  directo online.

En la actualidad, cerca de un 75.4% de los adolescentes se ha visto envuelto en una situación de violencia sexual a través de dispositivos electrónicos. Según concluye el estudio “Violencia sexual contra la infancia y la adolescencia en el ámbito digital”,  llevado a cabo por la Fundación Mutua Madrileña en 2024.

Pero, ¿qué es el Grooming?

El abuso sexual de menores online es un proceso complejo y gradual en el que un adulto a través de la tecnología manipula y establece una dinámica de persuasión a un menor con el objetivo de obtener contenido sexual de éste.

En España se encuentra tipificado en el artículo 183 del Código Penal, según la reforma de la Ley Orgánica 10/2022, de garantía integral de la libertad sexual, que castiga aquellas conductas que tengan por objetivo contactar con un menor de 16 años, bien para conseguir el acercamiento al menor, bien para la obtención de material abusivo de menores.

El acoso conlleva todo tipo de engaños, implicación afectiva del menor y sexualización paulatina en las conversaciones, además de que la víctima se va encontrando cada vez más aislada de su entorno más cercano.

Fases del acoso

Generalmente, suele comenzar cuando el adulto miente acerca de su identidad, haciéndose pasar por un niño/a o adolescente. Utiliza fotos y perfiles falsos, simulando aficiones y hablando con un vocabulario y términos propios de los más jóvenes. Se relacionan fácilmente en redes sociales, mensajería instantánea y también en juegos en línea.

En otros casos, el adulto puede simular ser alguien importante, ofreciendo trabajos en películas, publicidad o incluso les promete conocer a gente famosa. Algunos también prometen regalos o dinero.

Su comportamiento en un comienzo suele ser muy amable, simpático y muy comprensivo.

Buscan generar un vínculo emocional con el menor, por lo que cada vez interactúan con más asiduidad. Con frecuencia, los temas tratados en un comienzo son las aficiones comunes o problemas habituales de la edad.

Posteriormente, dan un paso más, manipulando al menor, haciéndoles creer que las personas de su entorno no le entienden, son distintas, “no encaja”. Poco a poco le aísla de sus familiares, amistades y docentes.

Le expresa que es adecuado mantener la relación en secreto y se asegura de que nadie más tiene acceso al ordenador u otros dispositivos donde puedan conocer la relación que mantienen.

Además, el acosador comienza a hablar de temas más íntimos para conocer la vulnerabilidad del menor e ir ejerciendo mayor control.

Poco a poco, las conversaciones cada vez tratan más temas de índole sexual hasta que el acosador pide al menor que le envíe material íntimo (fotografías en ropa de baño, semidesnudos…), se conecte a la webcam, se grabe bailando o en determinadas posturas. En algunos casos, pide además que puedan tener encuentros sexuales de forma presencial.

 Signos de que un niño/a puede estar siendo víctima de Grooming

  • Cambios repentinos en su comportamiento, hábitos y conductas habituales sin una razón aparente: cambios en el humor, estado de ánimo inestable…
  • Poco interés en actividades que anteriormente le gustaban.
  • Bajo rendimiento escolar.
  • Secretismo en sus conductas.
  • Mentiras y engaños constantes.
  • Uso del teléfono, ordenador u otros dispositivos en horas no habituales.
  • Cambio de pantalla cuando alguien se aproxima.
  • Amistades, intereses o gustos desconocidos.
  • Regalos inusuales: entradas, ropa, dinero…
  • Cambios en las contraseñas y claves de sus dispositivos. Se muestra reacio a compartirlas.
  • Conductas sexuales inapropiadas.

Secuelas psicológicas y sociales en las víctimas de Grooming

Las secuelas producidas por este tipo de violencia pueden ser muy diversas y de distinta índole.

Algunos de los síntomas y patologías que suelen sufrir las víctimas son:

  • Ansiedad y depresión
  • Baja autoestima
  • Sentimientos de culpa, vergüenza
  • Trastorno de estrés postraumático (TEPT)
  • Dificultades en el establecimiento de vínculos y relaciones sociales
  • Síntomas paranoides

En la mayoría de los casos, será necesario un acompañamiento terapéutico de la víctima y posiblemente sus progenitores.

Datos

Como ocurre en otro tipo de abusos, la prevalencia de las víctimas es mayor en chicas y los acosadores generalmente son hombres adultos.

Respecto a su edad, suelen ser adolescentes de 14 y 15 años. Generalmente, los padres tienen mayor control y supervisión del uso de la red en sus hijos de 11-13 años, por lo que es más difícil su captación. Además, los más pequeños suelen hacer un uso más lúdico de internet sin buscar tanta interacción con extraños.

Los últimos datos de Save the Children indican que al menos 1 de cada 3 adolescentes contacta con desconocidos a través de internet y el 23% expresa que sí se encontraría con alguno.

¿Cómo podemos evitarlo?

La seguridad en Internet es un problema de carácter mundial que nos compete a todos.

No se trata de generar miedos ni que nuestros niños y adolescentes estén en una burbuja, sino de capacitarles con formación y conocimiento de la realidad. Debemos proporcionarles herramientas para que puedan protegerse y desde luego los adultos responsabilizarnos con todas las medidas posibles. Algunas de ellas, son:

  • Fomentar la comunicación con el niño/a, adolescente, sea nuestro hijo, alumno, paciente… Poder ser un adulto de confianza que le transmita seguridad.
  • Informar que es el grooming: deben conocer cuales son sus riesgos, cual es el proceso y así poder prevenirlo o detectarlo llegado el momento.
  • Supervisar el uso de dispositivos que utiliza: conocer sus redes y aplicaciones y establecer límites claros de su uso.
  • Configurar la privacidad en los dispositivos: limitar al máximo quien puede contactar.
  • Enseñar y hablar explícitamente de las señales de peligro que puede encontrar.
  • Promover un pensamiento crítico: deben aprender a ser escépticos ante determinadas solicitudes, cuestionar ciertos perfiles.
  • Utilizar herramientas de control parental: indicar que no les estamos castigando, sino protegiendo de riesgos externos.

Para más información, puede encontrar en la Guía para padres de Nuevas Tecnologías de la Dirección General de Juventud de la Comunidad de Madrid junto al Programa Recurra, Nuevas Tecnologías

Programa Recurra-Ginso

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Beatriz Urra González

Licenciada en Psicología Clínica por la Universidad Pontificia de Comillas de Madrid. Máster en Psicooncología por la Universidad Complutense de Madrid. Máster en Terapia Familiar y Pareja Sistémica por ITAD. Máster en Evaluación Psicológico-Forense y Penitenciaria por el Colegio Cardenal Cisneros (Universidad Complutense). Ha trabajado 3 años en el Gabinete Psicopedagógico Marta Valcárcel con evaluación, diagnóstico y tratamiento en niños y adolescentes. Desde Febrero de 2012 trabaja como psicóloga en recURRA en intervención individual, pareja, familiar y grupal. Imparte clases en el Máster de Psicología General Sanitaria y de Evaluación Psicológico-Forense y Penitenciaria del Cardenal Cisneros.