El abuelo ve la vida desde su etapa otoñal, y a veces recuerda que sus hijos tuvieron situaciones difíciles o de conflicto. Sin embargo hoy los ve comprometidos con la educación de sus nietos.
Y al fin se concluye que en el proceso vital, hay momentos de turbulencias, que si se superan dan paso a un futuro esperanzado y propio de lo que consideraríamos normal en una vida.
Pero no es menos cierto que en el momento de virulencia del hijo contra sí mismo, contra la sociedad, contra sus padres, se vive la situación como caótica irresoluble y dramática.
Es por eso que hoy y de manera muy breve siendo que ya tengo 3 nietos quiero compartir con ustedes una visión un poco más a largo plazo para relativizar los problemas, eso sí abordándolos pero sabiendo que muchos de ellos se resuelven y que situaciones complejas se diluyen como un azucarillo.
Quizás el llegar a una edad donde el tiempo de la nostalgia es amplio permite como decía antes poner los focos en la distancia y compartir una esperanza que no se basa en un optimismo infundado, sino en hechos probados.
A una edad donde el tiempo de la nostalgia es amplio permite poner los focos en la distancia
Si yo les contase los casos dramáticos, terribles vistos en la Fiscalía de Menores o en otras instancias y que hoy son magníficas parejas, padres, personas, quedarían impresionados. Pero las noticias siempre nos señalan, y tiene su lógica a los reincidentes, es decir que fracasa, al que no somos capaces de reinsertar.
En Recura Ginso y superados los 11 años de trabajo ilusionadísimo, con más de 1000 jóvenes residentes comenzamos a conocer ya de chicos integrados socialmente, y los padres nos agradecen el haber puesto en marcha este programa.
Es verdad que con otros cabe decir que hemos fracasado, pero son los menos. Repartamos por lo tanto los aplausos entre los propios chicos y su voluntad de mejora, sus progenitores que confiaron en ellos y dieron lo mejor de sí y los profesionales que se implicaron vocacionalmente.



