Es bien sabido por todos que, el hecho de exponernos a una evaluación por parte de otra persona nos genera ansiedad, pero ¿qué es la ansiedad? En líneas generales, se trata de aquellos cambios que experimenta nuestro cuerpo cuando percibimos un estímulo o una situación como amenazante o peligrosa, pero ¿a qué tipos de cambios nos estamos refiriendo?
En el plano fisiológico, se puede incrementar nuestro ritmo cardiaco, puede presentarse sudoración, presión en el pecho o incluso dificultades respiratorias. A nivel cognitivo, nuestro pensamiento puede mostrarse acelerado, confuso o con falta de concentración. Nuestro cuerpo también puede cambiar, pudiendo presentar temblores, mayor agitación o dificultades para dormir. Finalmente, es importante saber que nuestro carácter también puede verse afectado, nos podemos volver más irritables e incluso sentirnos enfadados.
¿Y qué hacemos con todo esto?
La ansiedad es un estado de difícil gestión por parte de los adultos, pues más aún en el caso de los niños, niñas y adolescentes, ya que, en la mayoría de las ocasiones, no entienden ni saben qué está pasando y los síntomas se experimentan con tanta intensidad que supera los recursos de est@s menores y jóvenes, por lo que poder controlarlo se convierte en una tarea complicada.
Estos síntomas, se pueden presentar ante multitud de acontecimientos y situaciones de la vida cotidiana de nuestros hij@s, pero, teniendo en cuenta que la mayor parte del tiempo lo pasan en el colegio, ¿qué podemos hacer cuando estos síntomas ocurren en el centro educativo derivado de los exámenes?
Los exámenes, en cualquier etapa escolar, generan gran incertidumbre y preocupación en nuestros hij@s
Los exámenes, en cualquier etapa escolar, generan gran incertidumbre y preocupación en nuestros hij@s que puede dar lugar a los síntomas que hemos mencionado con anterioridad y en ocasiones no sabemos la forma en la que les podemos ayudar a gestionarlo, por lo que vamos a proponer una serie de estrategias que nos pueden ayudar a enfrentar esta situación, adaptándolas a las necesidades de nuestros hij@s.
- Los días previos a la situación de examen es importante una adecuada estructuración de los horarios de estudio, así como plantear prioridades en las actividades y preparación previa que necesita.
- También es importante tener unas buenas rutinas y horarios en la vida diaria. Hacer deporte es un aspecto importantísimo, ya que permite a nuestr@s hij@s desconectar, divertirse y mantener la activación del organismo y el funcionamiento general.
- Una buena alimentación y horario de sueño es un requisito indispensable para conseguir esta tarea, ya que no cumplir con ello genera mayor cansancio, irritabilidad y disminuye la capacidad de concentración, lo que puede afectar, directamente, al rendimiento académico.
- También es importante mostrarle nuestro apoyo y acompañamiento, poder ayudarles a estructurarse el tiempo de estudio y cómo enfrentarse a la situación desde la calma y la seguridad.
- Empleo de estrategias de desactivación de la sintomatología.
Una de las estrategias más utilizadas y efectivas es la respiración, ya que se puede llevar a cabo de forma autónoma por parte de nuestr@s hij@s ante cualquier situación que les genere un aumento de la sintomatología ansiógena (irritabilidad, aceleración cardiaca, temblores, hiperventilación, sensación de nerviosismo o inquietud).
Otra técnica que se puede utilizar en casa es la de reestructurar los pensamientos
Es importante que, antes de que pueda utilizar esta herramienta de forma autónoma, nuestr@ hij@ va a necesitar de un pequeño entrenamiento previo, que puede consistir en, primeramente, encontrar un espacio tranquilo, que se pueda sentar o tumbar cómodamente y que sea consciente de su respiración, de cómo entra el aire por su nariz y sus pulmones se llenan y posteriormente como se vacían. Al principio, este entrenamiento puede precisar de la ayuda de un adulto, pero con el paso del tiempo serán cada vez más autónom@s para utilizar esta estrategia antes de exponerse a un examen.
Otra técnica que se puede utilizar en casa es la de reestructurar los pensamientos, pero ¿en qué consiste esto? En ocasiones nuestr@s hij@s tienen unas ideas preconcebidas y erróneas acerca de sus aptitudes y sus capacidades para enfrentarse a este tipo de situaciones, cayendo en frases como “no puedo”, “no voy a ser capaz de aprobar” o “no entiendo nada de lo que me explican en clase”… Es importante que nosotros, los padres, madres o profesionales, seamos capaces de hacerles ver lo irracional de estos pensamientos y que puedan adoptar otro tipo de verbalizaciones alternativas hacia sí mismos u otro tipo de pensamientos que les motiven de forma positiva como: “no entiendes una parte del temario, pero no todo”, “tienes la capacidad para superarlo”, “puedo ayudarte en lo que necesites”.
Es fundamental ser conscientes que dar pequeños pasos a diario nos permite (y les permite) enfrentar las situaciones de la vida cotidiana de una forma segura y optimista.



