La importancia del juego en el desarrollo emocional de los niños

La importancia del juego en el desarrollo emocional de los niñosNo hay, para un niño, nada más serio que el juego. Jugar para construir, para vincular, para imaginar, para defenderse, para procesar, para contar, para reflexionar…jugar por jugar.

Ninguno de estos objetivos es menos importante que el otro, y no hay otra cosa que permita al niño desarrollarse en tantos aspectos como el juego.

Desde muy pequeños, el juego es, junto a la satisfacción de las necesidades fisiológicas, lo que más une a los niños a lo que les rodean.

Juego es sinonimo de disfrute, y este estado de ánimo permite y facilita la exploración, y con ella el desarrollo sensorial y de funciones cognitivas como el lenguaje, la comprensión de las relaciones causa efecto, y habilidades psicomotoras como la coordinación oculo manual, el equilibrio, y la motricidad gruesa y fina, entre otras.

Jugar es una manera de aprender, un medio para investigar, un modalidad para estar en relación con alguien. Los vínculos que se crean en una interacción de juego positiva y satisfactoria para el niño, dejarán paso en su mente a representaciones de enlaces buenos y fiables.

Jugar es una manera de aprender

El juego, que va modificándose en su tipología según la etapa de desarrollo, sigue siendo, en todo momento, una herramienta insustituible de desarrollo emocional para el niño: desde el juego funcional, en que el niño va entrenando su sentido de autoeficacia, viéndose capaz de modificar y actuar sobre su entorno, hasta el juego simbólico, que permite jugar a “como si…” y sentar las bases de la empatía, entre otras cosas.

El juego simbólico, es decir el juego en el que el niño empieza a asumir un rol, en que usa el entorno y los objetos como si fuesen otra cosa, en que empieza a fingir algo, es posible gracias a la capacidad de representar mentalmente situaciones y cosas que no están presentes, sean de la vida real o de la fantasía.

Este tipo de juego, que se va desarrollando poco a poco de los 2 años en adelante (generalmente), ya contiene en sí algunas reglas, aunque no sea un juego muy elaborado. Se trata de las reglas que el niño establece para mantener la ficción y permitir que el juego siga adelante.

A pesar de que los adultos son los primeros compañeros de juegos de los bebés, el rol que tienen sus pares es imprenscindible.

En el juego simbólico, el niño puede ensayar su creatividad y presta a los personajes los sentimientos y las emociones que va conociendo en su día a día. Por otro lado, el niño utiliza el juego para alcanzar un equilibrio emocional placentero, creando un mundo a su medida, en el que las fuentes de estrés puedan solucionarse de forma satisfactoria, en el que poder enfrentarse a ciertas dificultades de manera controlada y según sus tiempos y normas.

A pesar de que los adultos son los primeros compañeros de juegos de los bebés, el rol que tienen sus pares es imprenscindible.

La relación con los otros, en el juego, va pasando por tres fases: en la primera, la del juego individual, el niño disfruta jugando por sí mismo sin tener en cuenta los demás; en la segunda, el juego paralelo, los niños pueden jugar cerca, observándose incluso, y llegando a modificar su juego en base al juego del otro, pero sin realmente compartir; en la última fase, por lo general desde los 4 años, se llega al juego compartido, en el que los niños organizan el mismo entre los participantes.

Negociar el juego con niños de la misma edad es mucho más dificil, y lo que está permitido con los adultos no siempre lo está con los pares. Esto se configura como un reto para la capacidad del niño de relacionarse y ponerse de acuerdo para que el juego sea posible, ejercitando la tolerancia, la comprensión de la otra persona y la resolución de conflictos.

Todo lo dicho nos recuerda la importancia del juego…para construir, vincular, imaginar, para defenderse, procesar, contar, reflexionar, y por jugar!

Programa Recurra-Ginso

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María Concetta Mazzeo

Licenciada en Psicología por la Seconda Universitá degli Studi di Napoli, Italia. Máster en Psicología de los Procesos Cognitivos por la Universitá degli Studi della Campania Luigi Vanvitelli, Italia. Psicóloga General Sanitaria reconocida en España por el Ministerio de Sanidad Español. Ha trabajado en residencia psiquiátrica y centro de día con población psiquiátrica por la Sociedad Italiana Psicoterapia Integrata SIPI Integrazioni, Italia. Ha coordinado estudios de screening escolar para la detección de factores de riesgo de trastornos específicos del aprendizaje en la Scuola Statale Italiana, en Madrid. Ha colaborado en el Máster Universitario de Psicología Infantil y Juvenil de la Universidad Europea de Madrid. Colabora como psicoterapeuta en la atención a población infantojuvenil en el centro Psise Madrid y en el centro Loreto Charques, especializándose en el psicodiagnóstico y en la intervención con niños, niñas y adolescentes con trastornos del neurodesarrollo y emotivo-relacionales. Actualmente psicóloga investigadora en el Programa Recurra-Ginso.