La educación personalizada:
Priorizar el conocimiento intercultural, el espíritu, la potenciación del pensamiento crítico.
Propiciar la mentalidad abierta, capaz de afrontar los desafíos sociales y medioambientales.
Partiendo del interés del alumno, flexibilizando el itinerario educativo, para formar a jóvenes solidarios, ávidos de conocimiento, que gusten de contribuir a crear un mundo más justo, pacífico, fraterno, que aúne ciencias y humanidades, conocimiento de uno mismo y compromiso con los otros.
Formar para enfrentar dilemas muchos de ellos éticos, enseñar a resolver problemas complejos, facilitar el pensar por uno mismo y codirigir el proceso de aprendizaje.
Cursar materias troncales, con lenguas (partiendo de la materna), humanidades, ciencias experimentales, arte, indagación del proceso de conocer. Comprometerse con la sociedad desde la acción, el voluntariado; despertar la creatividad; elaborar un trabajo que se defienda oralmente, tras buscar información, contrastar fuentes, que aborde temas sensibles como poblaciones dependientes, vulnerables, o en relación al planeta y su sostenibilidad.
Realizar trabajos prácticos, aplicando lo aprendido a situaciones de la vida real, esto es lo que han de medir los exámenes, ese es el conocimiento exigible, responsabilizando al alumno que personaliza en parte el contenido de sus asignaturas a través de investigaciones históricas, filosóficas, de laboratorio.
Unas clases en diálogo próximo entre profesorado y alumnado donde sin excluir la memoria, sí apoye la comprensión.
Precisamos rigor, audacia, aplaudir la reflexión compartida, gustar de la exigencia, fomentar la buena comunicación, incitar a la solidaridad, la integridad, el sentirse concernido con todo lo que desborda al limitado yo.
Clases atractivas, donde se es actor, y con gusto por seguir ampliando conocimiento en el hogar o en trabajos en grupo para desbordar la necesaria carga de instrucción. Y con contacto permanente con la naturaleza, y práctica del deporte.
Formar para enfrentar dilemas muchos de ellos éticos, enseñar a resolver problemas complejos, facilitar el pensar por uno mismo y codirigir el proceso de aprendizaje
Una comunidad educativa satisfecha, donde los padres apoyen, se impliquen, y valoren unas rigurosas pruebas de evaluación.
Hay que confiar en la responsabilidad de los alumnos, incentivándola, así como por su autonomía, su voluntad y su pasión por aprender.
Los años de estudio han de amparar el contacto con organizaciones no gubernamentales, con emprendedores, y visitar empresas. Facilitemos el contacto con quienes son distintos, busquemos la multiculturalidad, demos espacio al autoconocimiento, valoremos la espiritualidad.
Superar retos, es la forma de motivar, gustar de la reflexión, el debate, la exposición pública.
El desarrollo de la imaginación y el compromiso desborda el ámbito teórico, y acoge a alumnos con necesidades especiales.
Potenciemos el trabajo en equipo, la disciplina, el autocontrol, el compromiso social, el mérito extracurricular, aplaudamos y propiciemos el emprendimiento que bien puede ser con asociaciones o empresas de carácter social, la práctica en deportes, a poder ser colectivos, el tiempo dedicado a ser monitores de campamentos en la naturaleza, el gusto por el teatro, la música, la danza, la literatura, pintura, el arte. Sí, alumnos que también trabajen para y en su comunidad.
Para RECURRA GINSO, es importante el ámbito educativo, es esencial priorizar lo que aquí reseñamos.




Bravo!!esto debería ser el objetivo principal de la educación.Pondremos nuestro granito de arena.