Sabemos de la especial importancia que tiene para nuestros/as niños/as y jóvenes, el seguimiento de unas rutinas y horarios. El confinamiento y la pandemia, han hecho suspender muchas de las actividades, que todavía no se han retomado con normalidad. Se han visto afectadas las áreas académica, social, deportiva y familiar. Éstas han acabado mermando el área personal, provocando una gran desmotivación y falta de interés. ilusión
La pandemia ha provocado pérdida de ilusión, una gran desmotivación y falta de interés
En las sesiones terapéuticas, más que la motivación, como la fuerza interna que impulsa a la consecución de objetivos, me centro en despertar la ilusión.
Los/as niños y los jóvenes tienen una capacidad muy amplia para ilusionarse. Es importante ayudarles a encontrar nuevos retos, que les muevan y les llenen.
Ante la sensación del vacío y frustración por las oportunidades perdidas, ahora qué hay más posibilidades, se pueden iniciar nuevos proyectos.
Conozco chicos/as que ha decidido aprender a tocar instrumento o practicar un nuevo deporte. También adultos que han cambiado de lugar de residencia o de trabajo.
No nos quedemos anclados en lo que no hemos podido hacer y aprovechemos la oportunidad que se nos brinda ahora.
Las ilusiones nos llevan a marcarnos metas y nos mantienen dinámicos/as.
¿Cómo encontrar ilusiones?
Lo primero que les pido a mis pacientes es que se abran y exploren. Tienen que atreverse a probar cosas nuevas y diferentes. Y si les produce satisfacción, continuar esa ruta.
Es importante que sean realistas, ya que las ilusiones cambian y quizá ya no les valgan las del pasado. Que se concentren en lo que necesitan ahora, ya que las necesidades son el motor.
Ayudarles a evitar que se boicoteen, a veces ponen trabas a sus deseos y propósitos, por miedos o inseguridades sobre si lo conseguirán. Trato de recordarles qué, en cualquier caso, el fracaso será no intentarlo.
Los objetivos o metas, hay que planificarlos y temporalizarlos, a veces fragmentarlos en objetivos más pequeños y operativos. Después, elegir las actividades que les ayuden a cumplirlos y trabajar la constancia y perseverancia.
“No es que yo sea muy inteligente, es que persevero más tiempo.” Einstein.
Cuando se adquiere el hábito necesario para alcanzar los logros, vuelven a sentir el control de sus vidas, mejoran las experiencias de éxito y, por tanto, su autoestima.



